Desesperanzado, aturdido, sobrepasado, poco a poco fue cayendo dentro de su vida. Ayy Pedro, si tan sólo supieras lo q fue, si tan sólo hubieras sentido pena, si tan sólo existiera un rastro de humanidad en vos; pero no, inútil pensar en lo que no fue.
Mirose Pedro sus zapatos sucios, desgarrados, noto rasgaduras en el cuero, se dio asco de si mismo, la misma camisa que hace 4 días, transpiración nauseabunda, pelo grasoso, una barba incipiente en la q se resguardaban restos de viejas comidas. Atolondrado recorrió su habitación, atropellando con cuanto mueble y aparador se atravesara en su camino, casi rengueando por culpa de esa maldita mesa ratona cuadrada con terminaciones en punta que se le incrustó en el fémur ocasionándole una abertura en su piel.
AGHHHH dónde están estos putos cigarrillos, estoy seguro que había un atado sin terminar por algún lado. Pizza, que hace una porción de pizza en la alfombra, mataría por un whisky. Acá están, justo cuando más los necesitaba, justo cuando muero porque me hagan morir, fósforos húmedos. – Dirigiose Pedro a la cocina para prender la hornalla, observó ollas con comida, yerba usada tirada en el piso, un tacho de basura rebosante de restos de vaya a saber uno qué, moscas zumbando a su alrededor y varios cadáveres de cucarachas originados por aquellos productos que se colocan bajo los muebles con el fin de exterminar dicho insecto—
Click Click Click, aghhh mis cejas -- Pedro enciende un parisien acercando su cara a la hornalla quemándose la cara, le da una pitada infinita, mantiene el humo en sus pulmones conteniendo la respiración el mayor tiempo posible, exhala fuertemente y entre penumbras ve como el humo se disipa, luego tose fuertemente – Esta mierda va a matarme, ojala lo haga lo más rápido posible. Nunca hay nada para comer en esta casa, estúpido, deberías salir a comprar para tener comida, no, no quiero ver gente, no quiero sonreírle al idiota del almacén, no quiero que me pregunte como van mis cosas, acaso no podes verme idiota, tengo puesta esta camisa sucia desde hace 4 días y preguntas cómo me va… no, es demasiado, prefiero morir de hambre.
Todavía adolorido en su pierna se dirige hacia el armario, lo abre y ve con recelo su saco de lino fino negro, realizado a medida, su amigo Federico, sastre de profesión, se lo obsequió sin motivo alguno, añoró aquellos días en que podía usarlo sin resentimiento, aquellos días en los q portarlo lo hacía sentir importante, aquellos días cuando era respetado por todos. Fue acercando su mano para agarrarlo, lentamente, temblorosa, sus ojos se llenaban de lágrimas, volteo y vio el desastre de su casa, cerró impulsivamente la puerta del armario, le dio una nueva pitada al cigarro justo antes de q la ceniza caiga al suelo y luego Pedro lleno de orgullo y vanagloriándose sonrió.

No hay comentarios:
Publicar un comentario